En la
mitología griega,
Ananké (en
griego Ἀνάγκη
Ananke o Αναγκαιη
Anankaie) era la madre de las
Moiras y la personificación de la inevitabilidad, la necesidad, la compulsión y la ineludibilidad. En la
mitología romana era llamada
Necessitas («necesidad»).
Surgió de la nada al principio de los tiempos formada por sí misma como un ser incorpóreo y serpentino cuyos brazos extendidos abarcaban todo el universo. Desde su aparición Ananké estuvo entrelazada con su compañero, el dios del tiempo
Chronos. Juntos rodearon el huevo primigenio de materia sólida en su enlace constrictivo y lo dividieron en sus partes constituyentes (tierra, cielo y mar), provocando así la creación del universo ordenado.